Tirar las cartas y buscar el destino en ellas es una acción ancestral. A veces es un don de familia. Así es el caso de Katherine Repol Gutiérrez, conocida como Sami Eluney, creadora del espacio de sanación y crecimiento personal Terapias Kumelen. Desde niña sentía el don de la predestinación, pero no lo seguía. Sin embargo, la peregrinación y el autoconocimiento la llevaron a despertar una esencia con la cual ahora ayuda a otros.
En una cita con Sami Eluney el objetivo es sanar. Sus sesiones son un espacio guiado para visibilizar heridas ancestrales, equilibrar las energías y desarrollar el empoderamiento. Sami Eluney es el nombre guiador de Katherine Repol Gutiérrez, creadora de Terapias Kumelen. Le sirven para recordar quién es y enfocar su energía durante los encuentros que dirige de registros akáshicos, reiki, gemoterapia y tarot de Osho. Ella es afortunada (quechua) e hija del cielo (mapudungun).
“Yo descubrí este talento en el 2018 en un momento de mi vida en el cual estaba muy perdida”, dice. “Soy educadora diferencial, estudié en la Universidad Mayor de Temuco, y este despertar de la conciencia llegó después de haber trabajado varios años en el sistema. En septiembre de ese año dije ¡Basta! y comencé mi emprendimiento en la casa de mi madre. Ella me ayudó a construir un estudio de trabajo, aunque ahora por la pandemia solo atiendo de forma online”.
La naturaleza etérea
Un año antes Katherine comenzó a prepararse en distintas terapias para desarrollar sus conocimientos. “Hice un perfeccionamiento del Tarot de Osho, porque aunque es algo innato en mí, siento que es importante certificar mi trabajo. Tengo un diploma de registros akáshicos, que son una terapia regresiva que trabaja lo ancestral desde una línea de tiempo. Estudié gemoterapia, una terapia con piedras que busca restablecer la energía del cuerpo junto al reiki. También biomagnetismo y coaching de empoderamiento. Trabajo con herramientas como la Ley de Asunción, que radica en asumir tu poder para que cuanto manifiestes lo que deseas ya exista”, explica.
En ella misma ha probado la fuerza de estas terapias para la curación del alma. Katherine Repol Gutiérrez inició su proyecto después de un carrusel de vivencias personales. “Yo tenía una autoestima muy baja, tuve que reinventarme. Tenía crisis de pánico y una depresión de muchos años. Pensaba que en algún momento me iba a morir. Siento que tenía que pasar por esos momentos para ayudar a otras personas. Mis experiencias en la niñez y adolescencia no fueron fáciles, sin embargo, me he convertido en la mejor versión de mí misma. Siempre estoy mirando más alto, que es mi objetivo, llegar más alto”.
El propósito de Terapias Kumelen es precisamente motivar el empoderamiento. Alentar una mirada hacia adentro y hacer un recorrido al pasado para comprender, sanar y avanzar. La lectura de las cartas es una de esas vías. “Heredé el don de mi abuela materna”, explica sonriendo. Pero pocas veces Eduvina Millán Mera leía el tarot, porque la sociedad de su época negaba y reprochaba las artes adivinatorias. Hoy, superados los tabús, su nieta comprende y alivia el hecho de que alguien tan cercano no desarrolló su misión de vida. Y lo hace a través de Terapias Kumelen, inspirada en la esencia de una palabra mapuche que significa «Bienestar».
“Recomiendo trabajar las emociones, las creencias que tenemos de uno mismo. Sin expectativas, sin resultados, desde el fluir. Desde cada día amarse, valorarse».
Los éxodos del alma
“Hice un viaje de 8 meses por Sudamérica que me cambió la vida: pude creer en mí. Un día salí arrancando de mi casa buscando respuestas. Mochilee, conocí mucha gente, trabajé en la música callejera en restaurantes y micros, vendí comida… Yo era una mujer muy versátil, ¡pero no lo había visto antes! No sabía que podía llegar a dónde quisiera. Conocí el Caribe de Colombia por mi persistencia, mi constancia, mi fe. Sanando patrones y creencias limitantes como que las mujeres no podemos viajar solas. Que nos pueden abusar o robar. A mí no me sucedió nada. La gente me ayudó, me dio alojamiento en sus casas sin conocerme, solo con la intención de hacer intercambios culturales y a través de una aplicación para viajeros”, rememora.
Fue gracias a ese viaje que nació Terapias Kumelen. “Ahora sé que puedo ser versátil. Abrí espacios en las redes sociales. Tengo un canal de YouTube y un TickTock que me ayudan a hacer visibles los temas de los que hablo: las conexiones de alma, la Ley de Atracción, el tarot terapéutico… Creo en mí, eso es lo que comparto. Hago transmisiones en vivo desde 2019. Comencé en Facebook con Descubriendo tu diamante, un programa de servicio a la comunidad para ayudar a las personas que no pueden acceder a una terapia. En Instagram transmito Mujeres y hombres inspiradores, un Live donde entrevisto a emprendedores de todo el mundo y artistas, gente creadora”.
Katherine actualmente vive en el campo, en una zona rural de La Araucanía, en el sector Rinconada del Llau Llau. Desde allí realiza sus terapias online para personas de distintos lugares del mundo, cuida de su invernadero y disfruta de un continuo autoconocimiento. “Los momentos de soledad son sagrados para mí, son de autocuidado. Siento que la soledad está mal catalogada a nivel social. Si vives solo o no tienes pareja eres pobrecito. Es una mala creencia. Es importante que las personas hagamos cambios desde el interior: admirarnos, respetarnos, amarnos, sentirnos cómodos con nuestra propia compañía”, concluye.
Para conocer más a la inspiradora Sami Eluney síguela en las redes de Kümelen Terapias. En Instagram @kumelen.terapias.villarrica y en YouTube Sami Eluney