Inicio Cultura Escritor José Peinado: «Un disparo salvó mi vida»

Escritor José Peinado: «Un disparo salvó mi vida»

"Hijo de la Luna" un relato autobiográfico

José Peinado, escritor español nacido en la ciudad de Lérida, España, recientemente publicó su libro autobiográfico «Hijo de la Luna», el primero de una trilogía de textos que están en proceso de escritura. En donde el autor narra su experiencia en el mundo de la delincuencia, de cómo lo deja atraído por la magia y de cómo posteriormente se iniciaría en el mundo de la literatura.

Conversamos con José Peinado, para conocer un poco más sobre su trabajo literario y lo que nos ofrece en su libro, así como de su misma vida, los motivos que lo inspiraron a dejar la delincuencia, su inicio en la magia, además de esos puntos claves que forman parte de sus relatos litarios. Una conversación bastante humana y profunda que esperamos disfruten.

P. ¿Porqué crees que alguien debería leer tu libro «Hijo de la luna»?

Creo que mucha gente puede sentirse identificada con la historia. El libro al final lo que tiene es un mensaje; te toque la vida que te toque vivir se puede salir adelante. Porque lo que tenemos es que enfocarnos. Si tienes una vida dura o llena de experiencias negativas, en vez de asumirlo como algo que nos hunde, debemos entender que esas situaciones nos hacen más sabios, más fuertes.

P. Narras tu historia como delincuente. En esos años, ¿qué tipo de delitos cometías?

Yo… es como si no hubiese tenido familia. A los seis años iba solo al colegio. El ser humano necesita cariño y yo lo encontré en la calle, me volví muy callejero y la amistad se convirtió en lo fundamental. A los 13 años ya había probado todas las drogas menos la heroína y mi primera detención fue a los 12 años. Eso sí, nunca me metí en el tema de los robos. Fue más en una delincuencia tipo la prostitución, la seguridad, el microtráfico, cobro de dinero.

P. ¿Qué hacías con ese dinero?

A uno le gusta la buena vida y siendo delincuente ganas más que como un simple trabajador. Pero al final, así como viene se va. Comes fuera, vives fuera, viajas, gastas mucho. Es muy costosa ese tipo de vida.

P. ¿Por qué haces el salto hacía la magia y dejas la delincuencia?

Para salir de ese mundo me tuve que ir de mi ciudad, si estás es muy difícil salir. También es algo como quien es cocinero y toda la vida ha cocinado, no conoce otra cosa. Es muy difícil comenzar nuevamente. En mi caso éramos una banda y me sentí traicionado. En esa vida cada día puede ser el último, puede pasar cualquier cosa. A raíz de un negocio que salió mal me enfrenté a una persona, sacó una pistola, me disparó al pecho, pero el arma se encasquilló. Uno en ese mundo tiene muy asimilado que en cualquier momento te pueden matar o puedes ir preso. Ahora, lo que no tienes asimilado, es la traición. Perteneces a una banda y es muy importante la lealtad, en la calle tiene que haber lealtad. Entre nosotros, entre la banda, entre los delincuentes, tiene que haber lealtad. Al día siguiente tuve otro problema con esta persona y quienes eran mi banda no me apoyaron. Entendí que no eran mis amigos. De hecho, me enteré que la pistola con la que me dispararon la había vendido un miembro de mi banda, que iba conmigo todos los días. Entendí que por quince años había estado viviendo una mentira.

P. La traición sería entonces el detonante del cambio.

La vida te da muchas señales, yo no las había querido ver. Si no las entiendes por las buenas, te toca por las malas. Yo me habría sacrificado por cualquiera de ellos, por la banda. Pero, afortunadamente, me pasó esto. De lo contrario mi destino probablemente habría sido terrible, estaría en la cárcel o algo así.

P. Entonces para ti, la banda era más importante que la misma vida. Estabas dispuesto a sacrificarte por la banda, por un amigo.

Correcto, cuando estás en ese ambiente al final dejas de ser persona. Tratas de no sentir. A cualquiera le dices que tiene que pasar preso diez años y le rompes la vida. Pero el delincuente lo tiene asimilado. Sabe que es así, incluso muchas veces hacemos cosas que nos van a meter en problemas, pero las tenemos que hacer. El delincuente es más animal que persona, le hace daño a mucha gente, es muy violento.

P. Ahora, ¿Por qué das ese salto hacia la magia?

Después de la traición, digamos que dos meses después, yo estaba muy dolido, estaba sentado en el banco de una plaza planificando cómo vengarme. Cuando pasó una mujer de unos 34 años aproximadamente y se queda mirándome. Se me acerca y me dice que yo debí morir ese año. ¡Me sorprendió! Y como acababa de vivir todo lo que te he relatado, le pregunté cómo sabía aquello. Me explicó que era una bruja muy conocida en Rusia.

P. Cuando hablas de magia, ¿te refieres a hechicería? Yo pienso en un mago y me imagino a alguien que hace trucos en un circo o en televisión.

Sí, me refiero a hechicería. Es similar pero tiene características diferentes. Las brujas están más cercanas de la naturaleza, los dos hacemos rituales, pero el mago es más un alquimista de la vida. Es más académico, hace hechizos, es muy similar, pero tiene algunas diferencias.

P. Qué pasó después del encuentro con la maga.

Ella me dijo que tenía una protección, que ese año yo debí morir. Después de conversar largo rato me propuso formarme en el mundo de la magia. Acepté. Yo en todos los trenes que pasan por mi vida me suelo subir. Porque si me equivoco me queda el aprendizaje y la experiencia.

P. Esa magia ¿es como la de esta parte del mundo, muy influenciada por el sincretismo africano, o es diferente en Europa?

Aquí la gente no cree en esas cosas. En España si uno habla de eso pueden pensar que estás un poco loco. Esta mujer practicaba una magia llamada alta magia. Era una magia eslava. Yo con ella hice una iniciación de un año. Pero después por causas de la vida conocí a quien es hoy en día mi mentora. Una mujer que vive en los Estados Unidos. Yo sigo aprendiendo y practicando el ocultismo con un grupo de brujos y magos de Estados Unidos. Ahí me introduzco en el satanismo. Sobre esto hay un relato muy distorsionado. Uno habla de satanismo y lo primero que piensa la gente es lo que ha visto en la televisión. Pero es una doctrina como cualquier otra, uno puede ser católico y ser mala persona o ser satanista y ser una buena persona. En la historia todo esto está muy tergiversado, el cristianismo manipuló mucho esto, sin demonios nadie hubiese ido a la iglesia.

P. Todo este tema de la magia y la demoniología, ¿lo incluyes en tu libro Hijo de la Luna?

En el primer libro «Hijo de la luna», hablo más de cosas de mi vida, digamos que le doy pinceladas al tema del satanismo pero de forma informativa, para que la gente entienda que hay diferentes ramas del satanismo. Hay uno que es como ser ateo, pero ese no es el que nosotros profesamos, que es adorar a satán como un dios. Como una energía nada mas, mientras aprendes lo que es la magia. Quería que la gente abriera los ojos en torno a esto. Yo mismo antes de conocer este mundo, tenía el mismo concepto que el 99% de la gente. Que es algo malo, que comen bebés, luego me di cuenta que no es así, pero son esas cosas muy tabú.

P. Ahora que te dedicas más a la literatura, ¿has logrado vivir de escribir?

La verdad, soy socio con un familiar de una firma de topografía en Rumanía y bueno, de eso vivo.

P. ¿Como entiendes ahora la literatura?

Yo fui al colegio hasta los doce años. Luego la calle fue mi mundo, pero a partir de los treinta comencé a estudiar nuevamente. Yo veía a mis compañeros tan limitados que no quería ser así. Me dediqué a volverme un poco más culto y escribí «Hijo de la luna» como una meta personal. Como un camino para la superación.

P. ¿Temes caer nuevamente en la delincuencia?

No en lo absoluto. Tomé la decisión de dejar todo, mi ciudad, todo lo conocido, renuncié a esa vida, que significa dejar muchas cosas. Es como dejar un poder, a veces con una llamada solucionas problemas. Pero yo miro las señales de mi vida y lo que me pasó no fue un suceso más. Lo tomé como una señal, un aquí y ahora. Y tomé la decisión.

P. En todo caso vivir una vida más tranquila ya de por sí es un beneficio enorme.

Sí, bueno, después de estar mucho más tranquilo, sin sentirme amenazado, yo comencé a tener brotes de ansiedad. Después de varias sesiones con un psicólogo, determinó que al haber estado tanto tiempo en ese mundo de delincuencia, mi mente no estaba acostumbrada a vivir en calma. La mente me saboteaba para regresar al estado de alerta que es donde ella se siente cómoda. Algo muy curioso.

P. De que tratan el segundo y el tercer libro.

Estoy escribiendo una trilogía. El primero, como sabes, se llama «Hijo de la luna», el segundo se llamará «Hijo de la noche», en este solo hablo de mi vida como delincuente. El tercero se titulará «Hijo de la magia», que trata de lo que he aprendido sobre ocultismo.

Instagram del autor: @toy_lerida

Para envíos de información escríbanos a: redaccion@mujerdelsur.com

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