La directora de la Comisión de Derecho Público en ABOFEM Chile, Constanza Montecinos, habla sobre los cambios de enfoque necesarios que deben ser incluidos en la nueva Constitución. “Los derechos de las mujeres son una pequeña parte de la Constitución feminista”, señala. “Hay un montón de derechos que buscamos que sean reconocidos para mujeres, niños, niñas y adolescentes. Partiendo por vivir en un medio libre de violencia”.
Faltan pocos días para las elecciones que determinarán quiénes serán los integrantes de la convención que redactará la nueva Constitución de Chile. Una de las propuestas que más se ha proyectado durante la campaña ha sido la necesidad de contar con una Constitución Feminista. ¿De qué se trata y cuál sería su alcance? Constanza Montecinos, actual directora de la Comisión de Derecho Público en ABOFEM Chile, aborda este tema.
“Después cambiar los principios de los derechos fundamentales -porque los derechos en Chile, como somos un sistema social neoliberal se centran en las libertades sobre las igualdades- las propuestas feministas lo que buscan es establecer la preponderancia de las igualdades por sobre las libertades. Además, una preponderancia de los derechos colectivos y comunitarios por sobre los individuales”, indica.
“La propuesta feminista parte desde la idea de lograr la igualdad sustantiva o real, que es el gran principio de todas las feministas. Es no entregar las mismas cosas, sino reconocer las diferencias. Eso se llama interseccionalidad, que es un concepto feminista que alude a reconocer las diferencias de las mujeres, y cómo estás diferencias pueden afectar la discriminación”.
El Estado cuidador
Constanza Montecinos es abogada con conocimientos avanzados en derecho público, constitucional, administrativo y regulatorio. Cuando habla de la Constitución feminista pone énfasis en que no se limita a defender los derechos de las mujeres, sino que busca incorporar en la Constitución un catálogo de derechos fundamentales basados en la igualdad, donde haya preponderancia del derecho comunitario y colectivo sobre el individual, y donde el Estado se haga responsable.
“En el catálogo de derechos propiamente de las mujeres buscamos vivir en un medio libre de violencia y la protección de los niños. Aquí tiene que ver con ser un Estado cuidador, de eso se ha hablado mucho últimamente, del tipo de Estado que queremos. En el Estado cuidador las cargas del cuidado se repartan socialmente. No es que sea el Estado el que necesariamente se va a hacer cargo, sino que el Estado reparta las cargas. Entendiendo que hombres y mujeres, el empleador y toda la sociedad tienen que hacerse cargo, por ejemplo, de los abuelitos, de los niños o de los discapacitados. Y no cargar todo sobre la mujer como ocurre ahora”.
La especialista también se refiere a los derechos sexuales y reproductivos esenciales, como el reconocimiento de la autonomía del cuerpo por parte de la mujer. “Eso tiene que ver con el derecho a decidir cuantos hijos va a tener, la periodicidad o si no quiere tener hijos. Y obviamente el derecho a la educación sexual, eso para todos”, expone.
También menciona la necesidad de que los derechos se redacten con perspectiva de género. “Abogamos por un cambio de enfoque en la forma en que se diseñan o se ven los derechos. No en el antropocentrismo que es el hombre como centro, sino que desde algo más integral. Por ejemplo, lo que pasa con el medio ambiente, no reconocerle derechos a la naturaleza”.
Finalmente habla del reconocimiento del conocimiento ancestral. “El Estado plurinacional para nosotras es un principio feminista también, que viene de la mano con la igualdad sustantiva. Es parte de nuestro concepto de igualdad”, acota.
Constitución y vida diaria
Hay quienes se preguntan qué tiene que ver la Constitución con su vida diaria. Ese cuestionamiento puede afectar el nivel de asistencia a las elecciones del sábado 15 y domingo 16 de mayo, pero además el distanciamiento a un debate necesario. Al respecto, Constanza Montesinos es firme.
“La Constitución no es letra muerta. La Constitución es la base de todo. ¿Cuántas reformas constitucionales no se han parado porque llegan al Tribunal Constitucional y este les pone un freno? La Constitución ideológicamente te marca la pauta del camino, del tipo de normas que va a tener un país. Por algo el tema del aborto al final lo define el Tribunal Constitucional, y así. La Constitución te dice lo que puedes y no puedes hacer. No es papel. Son principios. Son las bases fundamentales sobre las que se pare una sociedad. Son los acuerdos primarios. Nos ponemos de acuerdo en cierta paz y creamos una sociedad sobre eso”.
La abogada se refiere a los cambios necesarios. “La Constitución del 80 establece principios que conforman un Estado subsidiario . Y el Estado subsidiario solamente suple tus necesidades como ciudadano si el mercado no ha podido suplirlas. El que marca la pauta acerca de satisfacer servicios y necesidades es el mercado. Es necesario cambiar el Estado subsidiario y moverlo hacia el Estado social de derechos, que garantice el acceso y la calidad de los derechos sociales”.
Finalmente, hace referencia a los derechos humanos. “El gran problema de la Constitución actual es que no contiene las herramientas para poder hacer valer directamente los tratados internacionales en materia de derechos humanos. Chile se ha adherido a muchos, por ejemplo, en materia de género a la Convención sobre la Eliminación de todas formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW). Sin embargo, a pesar de haber ratificado las convenciones internacionales, la Constitución no consagra las herramientas para hacer valer directamente este rango constitucional. Eso es parte de las demandas feministas”, concluye.
Para saber más sobre el trabajo de Constanza Montecinos síguela en Twitter @Coni_enllamas Las redes de Abofem son @abofemchile en Instagram, @Abofem en Facebook y @abofemcl en Twitter
Abofem es una organización sin fines de lucro que se creó en mayo de 2018 y está compuesta por voluntarias del área del derecho. Tiene tres ámbitos de acción: la academia (buscan que el derecho se enseñe con perspectiva de género), el debate público (trabajan en propuestas de proyectos de Ley y se relacionan con la sociedad civil) y la litigación (hacen asesorías y capacitaciones de forma gratuita).