Esta es una entrevista SEO con Nana Hernández. Pero, yo soy de las periodistas que se formaron para hacer entrevistas con casetes TDK de esos que se borraban pasándolos por un perolito que los desmagnetizaba. Los chamos de hoy no saben de eso y me verán como uno de esos dinosaurios famosos en redes sociales por encarnar profesiones que están destinadas a morir.
Pero, me vacilo la vaina y agarro lo bueno que vayan llegando y eso incluye la tecnología que creo que SIEMPRE debe estar centrada en hacerle la vida más fácil al ser humano y jamás a sustituirlo.
Y en ese rollo de enseñanzas tradicionales y modernas es que no sé qué carajo es esto que escribo. Debería ser una entrevista a una maravillosa artista plástico venezolana que se llama Nana Hernández, pero sin este preámbulo no se entendería el texto.
No conozco a Nana Hernández en el sentido que jamás hemos estado en un mismo lugar físico. Ella vive en Mallorca y yo en la Valencia del Rey, la que está al otro lado del Atlántico y no en España. Dicho de otra manera: esto es periodismo asistido por nuevas tecnologías que el Meta de Mark Zuckerberg hace posible.
Pero, Nana ha estado muchas veces más cerca que las personas que tengo a mi lado y que puedo tocar. Esta es ella… la catira que pinta sueños… tal vez con suerte se hagan realidad y dentro de esa realidad poder tomarme un café con ella.
Los inicios
Se llama María Alejandra Hernández, pero por esas vainas de la vida y de nosotros los venezolanos se quedó Nana pa la familia, después pa los amigos y ahora pa todo el mundo. Nació en el seno de una familia tradicional, pero tuvo la dicha de ser enviada a instituto de bellas artes en el que pudo definirse como persona y como artista. Allí encaminó su vida hacia el dibujo y la pintura.
Sin embargo, no siempre fue la chama de las líneas y formas geométricas. Estudió arquitectura y mercadotecnia antes de (como muchos otros) encontrar su pasión en las artes plásticas. Nana se inspira en el día a día. En lo que ve, lo que huele, lo que experimenta, las diferentes culturas con las que ha estado en contacto y que despiertan su atracción.
El castillo de Bellver de Palma de Mallorca a los ojos de Nana Hernández como parte de esa cultura diversa que la maravilla
Nana Hernández entre lo analógico y digital
Como esta es una entrevista moderna en la que hay que satisfacer al dueño y señor de todo que no es Dios sino Google, tengo que cumplir con la redacción SEO. En esta línea me pregunto qué piensa una artista plástica como Nana de los analógico y lo digital.
Su respuesta es muy de ella. Los primeros humanos plasmaron sus vivencias en las cavernas con tierra y pigmentos naturales. Después vino el carboncillo, los papiros, la acuarela y obvio “el boom digital y de la IA”.
Aunque no se deslinda de lo digital se queda ecuánime con lo analógico como canal de expresión que hace del artista esté en el camino de “poder aprender a usar tales recursos sin perder la esencia del origen del arte”.
Con el permiso de Almudena Grandes: Nana Hernández y la alegría
Esta artista plástica maracucha y a la vez universal es una inmigrante más. De esas venezolanas que salieron y que llevan su terruño consigo. Sus obras lo reflejan. Mallorca (su nuevo hogar) está presente, pero no dejan fuera la añoranza:
“Mis obras se la llevan muy bien con mi propia nostalgia. Siento que cuando dibujo puedo reinventarme y reinventar la esencia de mi memoria”. María Alejandra lleva a Venezuela a su lado, pero no es ajena al mundo como algo más grande que su propia vida de tal manera que “vaya a permitir que mi (su) forma de ver el mundo desde la belleza no responda a lo que, en esencia, yo (ella) misma soy (es)”.
Es universal porque sus “dibujos a veces tienden a reflejar ese caos que en términos generales afectan a la humanidad·, situación a la que no es ajena y es una optimista a ultranza que ve en el arte “nuevas ventanas para sentir y pensar”.
Vive en Mallorca (si, ya lo dije, pero no dije por qué) porque siempre ha vivido vinculada al mar al que siente como parte inherente de la naturaleza y desde allí llama a las nuevas generaciones de artistas a no pensar solo en la chequera si no en que “el éxito para un creador está en la plena convicción de lo que hace”.
Retrato de Familia
Mallorca, Macuto, Santiago de Chile y de vuelta a Venezuela
Soy periodista porque no pude tocar un instrumento y tampoco pintar. Mi referente de arte es Armando Reverón que murió tratando de pintar la luz de Macuto y le pregunto a Nana Hernández sobre cómo “pesca” ella la luz que obsesionó al genio del Castillete.
Ella lamenta que la vaguada de Vargas haya sepultado a miles y también el hogar de uno de los más destacados artistas venezolanos y no se compara con él, pues confiesa que no es el clima el que incide en su obra. Aunque si hace referencia (tal vez con cierta nostalgia) a su lago de Maracaibo y a ese “ese milagro de Dios llamado relámpago del Catatumbo”.
Muy pocas cosas hoy son locales, a solo un clic todo se internacionaliza. Hasta la obra de Nana lo es, pues en 2022 sus cuadros fueron expuestos en Kleur Gallery de Santiago de Chile, donde su obra fue llamada a invitar al público “a conocer su mundo imaginario en el cual nos sumerge en destellos surrealistas con matices geométricos”.
Pero, la candidez de Nana Hernández no quiere morir en tierras extrañas. Sin importar a donde llegue su obra ella tiene “muy claro querer envejecer en Venezuela” y añade que “justo ahora mismo me encantaría estar en el sur del Lago”.
Details
Nana poco posa para fotos. aquí una al descuido
Ese café vendrá… con Nana Hernández
Cumplí las mil palabras de Google sin perder la esencia de lo que es Nana Hernández (palabras claves con densidad perfecta). Tampoco dejé los H2 sin sentido y las imágenes perfectas cada 400 palabras.
Espero poder sentarme un día en una mesa “al sur del Lago” para tomarme no un café, sino una rumba de cervezas con Nana Hernández como humana y no como keywords.