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Banco de leche materna: cómo hacerlo en casa sin incertidumbres

Gracias a que la leche materna brota del pecho a demanda del bebé, sin límites de cantidad ni calidad, cada vez más mujeres se inclinan a la idea de crear su propio banco de leche materna. Así, extienden el período de lactancia pese a no estar las 24 horas junto a su hijo.

La leche materna nutre y crea vínculos. Es una experiencia que los pediatras recomiendan extender aún cuando la madre retome sus actividades fuera del hogar. La médica pediatra Yamila Mudarra, especialista en Nutrición y Desarrollo, dedica este artículo a la creación de un banco de leche materna en casa. Y responde a las dudas más frecuentes que llegan a su consulta, relacionadas con la extracción, almacenamiento y consumo posterior.

¿Por qué les hablo hoy del banco de leche materna? Mi idea es continuar en este tercer artículo el abordaje del proceso de amamantar, dando importancia a responder las preguntas más frecuentes que recibo en mi consulta.

Una vez que la lactancia materna está instalada, que logramos acoplarnos, que entendemos que el término «a libre demanda» es, precisamente, eso: cuando el niño lo pida, sin medir las horas entre lactancia ni los minutos en cada seno. En ese momento, las dudas cambian. Y surgen las siguientes.

“Voy a trabajar o a estudiar ¿Cómo continúo la lactancia?”

Se debe armar el llamado “Banco de leche». Se trata de una reserva de leche materna congelada para darle al bebé durante las horas que no estaremos con él.

¿Cuándo inicio la recolección?

Si la madre sabe que este momento llegará debe anticiparse. Recomiendo empezar el banco de leche materna un mes previo a la separación, aunque lo ideal sería cuando el bebé ya tenga más de un mes de edad.

¿Qué necesito para hacer el banco de leche?

Vas a necesitar las bolsitas para congelar o envases de vidrio con tapa, y un extractor. ¿Cuál? Después de ver muchos modelos y escuchar las diferentes experiencias, la decisión (como todo) es individual.

Los aparatos manuales ofrecen un mayor control de la extracción, con lo que lograremos que moleste menos. Porque sí, la extracción incomoda, sobre todo al principio. Sin embargo, con este modelo el proceso de recolección es más lento. Así que si la paciencia no es uno de tus dones o tus futuras actividades no te permitirán dedicar mucho tiempo a la extracción (por ejemplo, vas a comenzar clases y solo vas a tener algunos minutos entre una asignatura y otra, o trabajas con público y sabes que te exigirán ser atendidos a la mayor brevedad) de seguro el mejor para ti será el extractor eléctrico.

¿Cómo comienzo la recolección?

Al principio nos vamos a extraer la leche materna inmediatamente después de darle de comer al bebé, en el mismo seno del cual le hemos dado. Sí, señora, sé que allí hay poca o nada de leche, pero lo que queremos es decirle al cerebro que se debe producir más, que no ha sido suficiente. A los pocos días tu producción habrá aumentado. Cuando esto sucede ya la podremos extraer entre una alimentación y otra.

Como no sabemos cuándo volverá a tener hambre el bebé, se podría hacer aproximadamente una hora después. Sin embargo, esto también depende del tiempo que tengas disponible. A la mayoría de las madres que me han permitido conocer su experiencia, les resulta favorable seguir inmediatamente después. La decisión es de cada una.

Para reponer el banco de leche, durante el tiempo que no estés con tu bebé, te extraes cuando puedas, cuando los horarios te lo permitan o cuando sientas la necesidad.

Listo, ya tenemos la leche ¿y ahora?… ¡Ah!, ahora es cuando se destruyen algunos mitos.

¿Debo conservar cada extracción por separado?

Podemos guardar en un mismo envase la leche proveniente de varias extracciones, siempre y cuando sean consecutivas. Es ideal tener envases de 120 a 180 ml (4 a 6 onzas) si el bebé es mayor de 4 meses o de 90 a 120 ml (2 a 4 onzas) si es menor.

¿Qué pasa si no la refrigero de inmediato?

Si se te olvidó y la dejaste a temperatura ambiente entre 20ºC a 25ºC se conservará hasta 6 horas sin que le pase absolutamente nada. Si hace más de 25°C estará bien durante 4 horas. Si es menos de 20ºC de 7 a 8 horas. En la heladera o refrigerador (donde se guardan las verduras, pero no se hace el hielo) se puede dejar hasta 8 días. Este sería el lugar ideal si la vamos a usar en menos de una semana. En todo banco de leche materna casero, las bolsas deben guardarse dentro de un envase plástico con tapa. Si lo vas a usar después de una semana o te estás preparando para actividades que te mantendrán separada de tu bebe por varias horas seguidas durante varios días, lo ideal será congelarla. En ese caso, coloca el envase con tapa en el fondo del congelador. Se mantendrá en perfecto estado hasta por un año.

¿Cómo caliento la leche para ofrecerla al bebé?

Primero hay que descongelar. Esto se hace colocando la bolsa o el envase de vidrio en la heladera durante unas horas (sin sacar del envase con tapa). Siempre sugiero colocar al mismo tiempo todas las bolsitas que se van a usar ese día. Si queda alguna sin usar, no pasa nada, la dejas allí y se la das al día siguiente. Nunca la vuelvas a congelar.

Es importante recordar que la leche materna no es caliente. Has la prueba, toma una gota de tu leche recién extraída y mide la temperatura: es tibia, no caliente.

Coloca la leche en el biberón y este a su vez en un recipiente con agua caliente. Espera hasta que al colocarte una gota en el dorso de tu mano tenga temperatura ambiente, similar a la que sale de tu seno.

Cuando se deja al bebé al cuidado de terceras personas -que son quienes le van a dar la alimentación- es recomendable entrenarlos. Que sepan a qué temperatura ofrecerla. Dato súper importante: nunca calentarla en el microondas.

Parece complejo ¿Será un esfuerzo sostenible?

Hacer un banco de leche materna suena complicado, pero, en realidad, no lo es. En realidad, resulta mucho más arduo (y más costoso) preparar un biberón con leche de fórmula. La diferencia es que hay más publicidad sobre cómo preparar un biberón que de cómo dar la leche materna extraída.

Además, te sugiero algo, qué tal si investigas el precio de un tarro de fórmula infantil y semanalmente ahorras esa cantidad de dinero (dos envases en mayores de 4 meses) y al final del mes lo usas en algo que quieras. Te vas a sorprender.

Tenía la intención de hablar hoy sobre la pregunta más frecuente: ¿Hasta cuándo amamantar? Pero quedará para otra entrega, que no será la próxima dado que viendo sus preguntas (en los comentarios al final del artículo) y escuchando a algunas pacientes, decidí escribir en la próxima columna sobre un tema recurrente: “Mi hijo no quiere tomar leche”, o aún más común: “Es que mi hijo no quiere comer”.

Antes de terminar: ¡Gracias!… Espero lo entiendan y sobre todo espero sus preguntas, críticas y comentarios.

Para envíos de información escríbanos a: redaccion@mujerdelsur.com

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