“Las migrantes y refugiadas, las discapacitadas y las que pertenecen a cualquier tipo de minoría, se enfrentan a barreras aún mayores.”
En la Universidad New School de Nueva York, el Secretario General de la ONU, António Guterres, dijo que observa una enorme injusticia alrededor del mundo. “Un abuso que pide nuestra atención”, dijo en referencia a la desigualdad de género y la discriminación contra las mujeres y las niñas.
“Así como la esclavitud y el colonialismo fueron una mancha en siglos anteriores, la desigualdad de las mujeres debería avergonzarnos a todos en el siglo XXI. Porque no solo es inaceptable: es estúpida”, aseguró Guterres.
En su discurso destacó que la participación igualitaria de las mujeres es vital para la estabilidad, ayuda a prevenir conflictos y promueve un desarrollo sostenible e inclusivo. “La igualdad de género es el prerrequisito para un mundo mejor.”
Tras recordar que las mujeres llevan siglos luchando por sus derechos, subrayar los avances que consiguieron en el siglo XX, citó a Malala Yousafzai y Nadia Murad como actuales modelos femeninos que rompen barreras y crean nuevos ejemplos de liderazgo. Dijo que la situación de los derechos de las mujeres sigue siendo nefasta.
La igualdad de género, una cuestión de poder
El Secretario General recordó que vivimos en un mundo dominado por hombres que están a cargo de las estructuras de poder que “sustentan nuestras economías, nuestros sistemas políticos y nuestras corporaciones”.
Ni siquiera la fama de Hollywood protege a las mujeres de los hombres que ejercen poder físico, emocional y profesional sobre ellas.
Guterres denunció la “capa oculta de desigualdad” que está “incrustada” en las instituciones y estructuras que controlan nuestras vidas, pero que se fundamentan en las necesidades de sólo la mitad de la población.
“La escritora Caroline Criado Pérez lo llama el pensamiento del «hombre por defecto»: la premisa incuestionable de que los hombres son comunes, y las mujeres son una anormalidad. Esto ha llevado a la mayor falta de datos del mundo. No se contabiliza a las mujeres y sus experiencias no se tienen en cuenta”, describió.
Las consecuencias de esta anomalía se pueden ver en cualquier parte “desde los baños hasta las rutas de autobuses”, pasando por los asientos y cinturones de seguridad diseñados pensando solo en los hombres o en los trajes espaciales que siguen el mismo patrón.
Cinco esferas de acción
Según António el logro de la igualdad de género transformará al mundo en cinco áreas: los conflictos y la violencia, la crisis climática, la construcción de economías inclusivas, la brecha digital y la representación política.
En el primer apartado destacó que la violación y la esclavitud sexual un problema de género que se usan como táctica de guerra de forma habitual, y que la misoginia forma parte de la ideología de casi todos los grupos extremistas violentos.
Recordó en contraste que la participación de mujeres encargadas de la toma de decisiones en los procesos de mediación conduce a una paz más duradera y sostenible.
Consideró que la actual crisis climática es resultado de decisiones que fueron tomadas principalmente por hombres, pero que tienen un impacto desproporcionado en las mujeres y niñas.
“La sequía y la hambruna implica que las mujeres tengan que trabajar más duro para encontrar alimentos y agua, mientras que las olas de calor, las tormentas y las inundaciones matan a más mujeres y niñas que a hombres y niños”, afirmó.
Recordó que las mujeres todavía ganan 77 centavos por cada dólar ganado por los hombres y que la última pesquisa del Foro Económico Mundial señala que hasta el año 2255 no se cerrará la brecha de género salarial.
“La igualdad de derechos y oportunidades económicas de las mujeres representan un imperativo mundial, si queremos construir una globalización justa que funcione para todos”, sostuvo.
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