El Premio Nobel de la Paz 2021 fue otorgado a los periodistas María Ressa, de Filipinas, y Dmitry Muratov, de Rusia. El comité noruego que otorga el galardón resaltó “sus esfuerzos para salvaguardar la libertad de expresión, que es una condición previa para la democracia y la paz duradera”. ¿Quién es María Ressa y por qué su trabajo ha merecido esta distinción?
«Cuando los periodistas son amenazados, la democracia está amenazada», defiende María Ressa. El pasado 8 de octubre se anunció como ganadora, junto a su colega ruso Dmitry Muratov, del Premio Novel de la Paz. Este galardón no se le concedía a un periodista desde 1935, cuando lo recibió el alemán Carl von Ossietzky, por sus reportajes sobre un programa de rearme que Alemania mantuvo en secreto entre las dos guerras mundiales.
En su comunicado, el comité resaltó que Maria Ressa usa la libertad de expresión para exponer el abuso de poder, el uso de la violencia y el creciente autoritarismo en su país natal, Filipinas. En 2012, cofundó Rappler, una empresa de medios digitales para el periodismo de investigación, que todavía dirige. Como periodista y directora ejecutiva de Rappler, Ressa ha demostrado ser una valiente defensora de la libertad de expresión. Rappler ha centrado la atención crítica en la controvertida y asesina campaña antidrogas del régimen de Duterte. El número de muertes es tan alto que la campaña se asemeja a una guerra librada contra la propia población del país. Ressa y Rappler también han documentado cómo se utilizan las redes sociales para difundir noticias falsas, acosar a los oponentes y manipular el discurso público.
Ressa dijo estar “en estado de shock” tras enterarse del premio. Su trabajo también le ha traído tragos amargos. Tanto ella como Rappler han vivido múltiples persecuciones y procesos judiciales. Ressa ha sido arrestada en dos ocasiones y ha sufrido un intenso ciberacoso. También enfrentó varias investigaciones judiciales. En primera instancia recibió una condena de seis años de cárcel, aún sin ejecutar, por una de las siete causas judiciales que se le abrieron a raíz de sus denuncias sobre asesinatos selectivos y otros crímenes en el marco de la “guerra contra las drogas”.
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El derecho a saber
Ressa estudió en la Universidad de Princeton, en Nueva Jersey, en donde también formó parte del plantel de profesores. Fue galardonada en abril con el Premio Mundial de la Libertad de Prensa Unesco/Guillermo Cano 2021, creado en memoria del periodista colombiano asesinado en 1986, en manos de sicarios del narcotráfico. En 2018 fue seleccionada como uno de los personajes del año por la revista Time gracias a su defensa de la libertad de expresión. En sus discursos es frecuente escuchas las palabras «verdad» y «valentía».
«Cuando la revista Time me nombró como uno de las guardianes de la verdad, junto con los periodistas de Capital Gazette (que fueron asesinados allí), los periodistas de Reuters que aún estaban en prisión en Myanmar y Jamal Khashoggi, me di cuenta de que yo era la única que estaba viva y libre. Eso me hizo pensar que nuestra profesión – y proteger nuestras democracias- nunca antes nos ha exigido tanto», dijo cuando habló como oradora principal de la 11ª Conferencia Global de Periodismo de Investigación en Hamburgo.
La gente tiene miedo de defender lo que es correcto porque es muy costoso.
María Ressa
Ese día describió sus emociones con respecto a la represión. «Cuando fui arrestada por primera vez, el oficial me dijo: “Ma’am, trabaho lang po.” (Señora, solo estoy haciendo mi trabajo). Luego bajó el volumen de la voz y casi que era un susurro al leerme mis derechos. Estaba claramente incómodo, y casi que sentí lástima por él. Pero me estaba arrestando. Era el último acto en una cadena de eventos que tenían la intención de intimidarme y acosarme porque soy periodista. Este oficial es un instrumento del poder, un ejemplo de cómo un buen hombre puede convertirse en malvado, y de cómo ocurren las grandes atrocidades (…) Es así como una nación pierde su alma», indicó.
El derecho a que la verdad sea pública es una de sus mayores banderas. Para motivar a que se enarbole, Ressa invita a la unión. No solo entre periodistas sino el de toda la sociedad. «Primero, los periodistas tienen que colaborar. Desechen sus viejas definiciones. Este es un mundo nuevo. Colaborar no es fácil porque nacimos para competir entre nosotros. En Filipinas, nuestros datos nos dicen que los grupos de noticias han sido empujados a la periferia de nuestro ecosistema informativo, y en el centro están las redes de desinformación. Todos comparten activamente entre sí, mientras que nosotros no. Así es como florecen las “realidades alternativas”.
Y continúa: «Tenemos que dejar de caer en la trampa de las emociones. Busquemos lo que tenemos en común en vez de enfocarnos en lo que nos divide. Porque esa es la forma en que trabajan los villanos: golpean duro las grietas existentes en nuestras sociedades y las quiebran del todo para separarnos. El ellos contra nosotros. Y no solo los periodistas … Invitemos a la academia, la tecnología, la sociedad civil, los que dicen la verdad. Tenemos que unir fuerzas para proteger los hechos».
La paz a través de la denuncia
El comité noruego expuso que “el periodismo libre, independiente y basado en hechos sirve para proteger contra el abuso de poder, las mentiras y la propaganda de guerra”, pues “la libertad de expresión y la libertad de información ayudan a garantizar un público informado”.
“Estos derechos son requisitos previos cruciales para la democracia y protegen contra la guerra y los conflictos. La concesión del Premio Nobel de la Paz a María Ressa y Dmitry Muratov tiene como objetivo subrayar la importancia de proteger y defender estos derechos fundamentales”, agregó. El Nobel de la Paz, remunerado con el equivalente a 1,14 millones de dólares, se entrega el 10 de diciembre de cada año.
Fuente: Inter Press Service IPS Agencia de Noticias y Global Investigative Journalism Network, El discurso completo de María Ressa en #GIJC19.