Inicio Cultura Ildefonso Quilempá: recreador de fuerzas y narrador de vidas

Ildefonso Quilempá: recreador de fuerzas y narrador de vidas

Nueva Imperial esculturas

Acérquese a la esencia del pueblo mapuche de Nueva Imperial, a través de dos mujeres: una diosa y una madre esculpidas en madera.»

Cuando se recorre el sur de Chile se conoce una fascinante historia visual. En la Comuna de Nueva Imperial le hablan al visitante la arquitectura, el puente ferroviario y las esculturas. Las fachadas coloridas de casas y edificios exponen el espíritu libre y combativo de sus habitantes. Los rieles sobre el Río Cholchol narran la grandeza de un progreso económico. Y las piezas de madera esculpidas por Ildefonso Quilempá cuentan la cotidianidad de una vida ancestral. La vida mapuche.

En Nueva Imperial y sus alrededores hubo desde la colonia y existe aún, una gran concentración mapuche. Su cultura es parte de activa de la zona. Allí se encuentra viva su lengua, costumbres, gastronomía y artesanía. Un recorrido por las esculturas de Quilempá hacen más ligero el acercamiento. Fallecido en 2017 en un accidente de tránsito en Puerto Saavedra, el escultor fue llorado por su pueblo, que era en realidad mapuche, chileno y universal.

Sus mujeres muestran la realidad femenina

Dos piezas maravillosas hablan de la fuerza espiritual y terrenal de la mujer. La escultura “Mujer Mapuche” (2012) ubicada en la Plaza de Armas muestra el rol de intérprete y defensora de su gente. La delgada figura femenina alza los brazos y ofrenda al cielo una pieza artesanal. La placa que la identifica la señala como “mediadora entre los ancestros y la naturaleza”.

De suaves movimientos en su ropaje y joyas hermosas, ella es protagonista de una energía mitológica para los mapuches. Su presencia se complementa con dos esculturas cercanas. Las serpientes Kai Kai y Txeng Txen enlazadas como fuerzas de la naturaleza que se enfrentan. Y Choike  la danza mágico-religiosa Choike Purrun, representada con un hombre que hace movimientos de pájaros.

Otra mujer esculpida por Quilempá, igual de joven y hermosa, pero más terrenal, proyecta laboriosidad y femineidad. Es parte de la pieza “Familia Mapuche” (2015), que expone la rutina familiar de vender la cosecha y luego hacer compras. Puede apreciarse en las afueras del Gimnasio Municipal y en ella la mujer representa a la esposa y madre.

Cuidadosa en detalles y expresiva en alto grado, la pieza muestra a una mujer que sigue a su hijo mayor. Él a su vez sigue a su padre, quien sigue a su perro. Viajan en un trayecto que se sugiere distante pero sin cansancio ni desazón.

La mujer lleva a su hijo pequeño en la espalda y con la mano izquierda palpa que esté seguro. Con la otra mano lleva un bolso grande con parte de las compras. Los detalles del vestido, las joyas y la delicadeza de los zapatos de tacón, ennoblecen su marcha. La mujer tiene el rostro dulce y una sonrisa ligera que da cuenta del amor por la familia.

La mujer que dio a conocer a Ildefonso Quilempá

Originario de Puerto Domínguez y criado en la comunidad Quilempan (actual Quechocahuin) confesó que su primera escultura le cambió su destino. Siempre se definió como campesino. Y, en efecto, ser hombre mapuche con conocimientos profundos de su pueblo mancaron su carrera.

De ahí la veracidad de sus piezas, no solo genuinas en su esencia sino en su forma. ¿Pero cómo pasó de hacer muebles con una motosierra a deslizar las gubias sobre rostros de madera?

Su exitosa carrera de escultor autodidacta nació de hecho gracias a una mujer. Una mujer africana con un canasto de frutas en la cabeza que esculpió como reto a sí mismo. La talló de un metro de altura, después de verla en una revista. Su concepto era utilitario, para ser usada en su taller como plantero o para guardar frutas.

Pero, como contó a chileintercultural, la pieza atrajo la mirada de gente conocedora y le abrió el camino al mundo del arte. Una mujer que visitó Nueva Imperial la compró y luego lo invitó a una tertulia con gente ligada al mundo cultural. Otra mujer le encargó un indio Jerónimo. Luego llegaron otros encargos, cada vez más grandes y ambiciosos. Creció con ellos y se adentró a otros mundos a través de ellos.

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