En estudios recientes la cúrcuma ha demostrado tener actividad a nivel celular como un potente antioxidante. Se han registrado efectos positivos de esta especia en el síndrome metabólico, la hiperlipidemia, las inflamaciones, el dolor, las enfermedades oculares, algunas degenerativas y problemas renales.
La cúrcuma es un condimento muy popular, utilizado comúnmente en la comida hindú. Conocida tradicionalmente como la “especia dorada”, se obtiene de la raíz una planta herbácea la “cúrcuma longa”, de la familia del jengibre. Además de mejorar el sabor y el color, la cúrcuma ha sido venerada por sus beneficios terapéuticos. Es un ingrediente clave de ciertas medicinas ayurvédicas y chinas. Ambas prácticas de salud orientales «han utilizado la cúrcuma para el tratamiento del dolor y los trastornos inflamatorios» durante siglos.
Beneficios para la salud de la cúrcuma
Según las medicinas tradicionales orientales y la medicina natural, la cúrcuma tiene los siguientes usos.
Inflamación: Reduce la inflamación sistémica y aumenta la capacidad del cuerpo para resistir el efecto de los radicales libres; compuestos químicos que esencialmente envejecen las células y pueden contribuir al desarrollo de enfermedades crónicas.
Artritis: Alivia el dolor articular asociado con la artritis. En la base de datos de medicina natural encontramos que tomar 500 miligramos de cúrcuma de dos a cuatro veces al día; entre cuatro y doce semanas puede ayudar a aliviar los síntomas que acompañan a la osteoartritis.
Memoria: Aumenta la presencia del factor neurotrófico derivado del cerebro. Una hormona cerebral que puede ayudar a mantener su cerebro más ágil y capaz de defenderse del deterioro cognitivo relacionado con la edad y la demencia.
Circulación: La cúrcuma mejora la capacidad del revestimiento de los vasos sanguíneos para repararse a sí mismos. Esto podría reducir la presión arterial, el riesgo de coágulos sanguíneos y accidentes cerebrovasculares, así como el riesgo de enfermedades del corazón.
Cáncer: Desacelera el crecimiento de las células cancerosas. «La cúrcuma es antiinflamatoria y antioxidante, lo que significa que es anticancerígeno»; dice Daryl Gioffre, nutricionista famoso y autor de «Baje su ácidez: 7 pasos en 7 días para perder peso, combatir la inflamación y recuperar su salud y energía». Muchos tipos de cáncer prosperan con la inflamación en todo el cuerpo. Existe una creciente evidencia que sugiere que la cúrcuma algún día podría usarse no solo como prevención, sino también como tratamiento para el cáncer.
Sistema inmunológico: La cúrcuma tiene propiedades similares a las de los prebióticos, que le permiten influir positivamente en el microbiota intestinal, apoyando la conexión inmune intestinal. Los prebióticos son un tipo de fibra no digerible que alimenta a los microorganismos saludables que viven en el intestino y contribuyen a una variedad de funciones corporales y al bienestar general.
Cómo consumir esta potente especie
Un factor que muchas veces no se tiene en cuenta al momento de consumir la cúrcuma, es la biodisponibilidad, pues al consumir sola, existe poca absorción y una rápida eliminación. No obstante, existen factores que pueden incrementar la biodisponibilidad, el más conocido y utilizado actualmente es la pimienta negra, que contiene como principal ingrediente activo la piperina, y que cuando se combina con la curcumina, se puede aumentar la biodisponibilidad hasta en un 2000%. Por eso si piensa comprar algún suplemento de cúrucma lo ideal es que contenga pimienta negra.
Los médicos naturales prefieren que se consuma este tipo de sustancia directamente en las comidas. Lo ideal con la cúrcuma es que no se cocine por más de 15 minutos y sea acompañada con pimienta negra.
Una receta muy efectiva es tomar media cucharadita de polvo de cúrcuma, junto a media cucharadita de pimienta negra, y diluirlas en un vaso de agua templada o de un refrescante zumo. Como condimento va muy bien con verduras salteadas, lentejas o incluso arroz. Se recomienda agregar la cúrcuma al final de la preparación.
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